Vivamos con gozo y esperanza
Se ha dicho que la esperanza es el árbol más hermoso que se puede plantar en el jardín del alma. Es quizá, la suprema dicha que nos depara este mundo. En virtud de la esperanza se abren nuestros ojos a nuevas posibilidades; logramos vislumbrar el aspecto positivo de la vida. Es la luz sagrada que alumbra los ojos de nuestro ser completo, espíritu alma y cuerpo. En la que Cristo y el Espíritu Santo anhelan vivir, para que nosotros empreñemos de esa luz de gozo y esperanza al mundo entero.
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